El Niño que quería un abrazo: Reconocimiento y Legado en la Empresa Familiar
Desde pequeños, muchos niños aprendieron a competir, a esforzarse en cada torneo, en cada competencia, a dejar el alma en la cancha. Jugaban generalmente por la mirada de sus padres en la gradería. Querían que los vieran, que se sientan orgullosos y que al final del partido les dijeran: “Lo hiciste muy bien”.