La edad no es una barrera para el liderazgo
Escrito por:
Beatriz Manrique
CEO de Cinco Sentidos.
Inspirada por las sabias palabras de mi abuelo y su visión de que “la vejez es un estado mental,” quiero proponer una nueva perspectiva sobre las etapas de la vida adulta.
Según la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida global ha aumentado significativamente en las últimas décadas. Esto se nota por la creciente participación de las personas mayores en la sociedad, quienes contribuyen con una vitalidad y energía impresionantes. Como ejemplo Warren Buffett, quien a los 93 años dirige Berkshire Hathaway y Sylvia Earle, quien a los 88 años sigue defendiendo la preservación de los mares. Ambos demuestran que la edad no es una barrera para el liderazgo y la contribución activa.
Estas aportaciones son evidentes en mi trabajo en gestión de cambio y transformación. He presenciado el poder de combinar la sabiduría y la experiencia de los adultos mayores con la energía y la perspectiva fresca de los jóvenes. También he notado el peligro de retirar prematuramente a las personas en plenitud de facultades y el deseo de algunos jóvenes líderes de tomar el poder invalidando la sabiduría de los expertos.
Hoy las etapas convencionales de la vida adulta implican la idea de una disminución progresiva en las habilidades y energía de una persona, pero si vivimos más deben ser reconsideradas.
Propongo una nueva perspectiva:
• Adultez plena (40-65 años): un tiempo de madurez y sabiduría. En lugar de llamarlo adultez media
• Adultez sabia (65-85 años): un período de sabiduría acumulada y actividad. En lugar de llamarlo adultez tardía
• Adultez suprema (85 años en adelante): una etapa de vida que celebra la profundidad de conocimiento y experiencia adquirida. En lugar de llamarlo vejez
Revaloramos la sabiduría acumulada a lo largo de los años y recordemos la idea de mi abuelo de que la ‘vejez’ es simplemente un estado mental. Hoy sabemos que el estado de nuestra biología puede ser influido significativamente por la forma en que la cuidamos.
Tenemos la responsabilidad de cambiar conscientemente nuestra mentalidad, lenguaje y hábitos de vida para reflejar estas etapas en esta era longeva.
Imagina, por un momento, que vamos a vivir más tiempo y que la nueva vida comienza entre los 40 y 65 años. ¿No nos inspiraría eso a cuidar de nuestra salud, a buscar experiencias enriquecedoras, a nutrir amistades, a leer y aprender más? ¿No nos llenaría de entusiasmo y curiosidad, sabiendo que aún tenemos mucho por vivir, aprender y transmitir? ¿No nos entusiasmaría mantenernos actualizados y a la vanguardia? ¿No nos animaría a seguir cultivando el sueño que nos realiza?
Es importante entender que la vida puede ser más larga si la vivimos bien, y aún más si la vivimos con entusiasmo y curiosidad. Valoraremos más a nuestros sabios. Ellos pueden aportar sabiduría y madurez a los impulsos juveniles, y facilitar las transiciones generacionales, haciendo nuestras sociedades más longevas y humanas.
En honor a mi abuelo y a todos los sabios en nuestras vidas, declaro que la vejez es un estado de SABIDURÍA. Que nuestras mentes griten: ¡Arriba los sabios! ¡Arriba la vida en todas sus etapas!