Salud y Economía, la fórmula que no se separa
Encuentro de Beatriz Manrique con el Dr. Ricardo Díaz Martín
¿Es adecuado mantener a la población confinada para cuidar de la salud y sacrificar la economía? El Dr. Ricardo Marín considera que no: “No es posible cuidar la salud a costa de la economía: esto sería como separar la cabeza del cuerpo, y si no se ve así estamos en un error. Cualquier debate que establezca “economía o salud” y exponga estos dos factores de forma maniquea como una dicotomía, conduce a un debate tóxico”. Además, enfatiza que en el momento en que nos empezamos a reintegrar al trabajo, el rol de las empresas en el control del contagio por COVID-19 es fundamental.
Durante la entrevista con Beatriz Manrique aclara que, en términos generales, las fases de evolución de una pandemia son tres:
- A) Contención: Esta es la fase en la que un país debe estar prevenido. Se recibe la noticia de que se ha dado una infección importante en otro país y por esa razón hay que atrincherarse para que no entre el virus. Entre las medidas recomendadas están el control aeroportuario, cuarentena para quien venga de fuera, y por supuesto, prever qué acciones tomar si el virus llega a entrar. Por ello, en esta etapa es necesario hacer acopio de recursos sanitarios y pruebas diagnósticas. Pero qué ha ocurrido: los países nos hemos saltado un poco esta etapa, nos hemos dado cuenta de la situación cuando ya tenemos el virus dentro. Entonces, es necesario el siguiente paso.
- B) Mitigación: se tiene el virus dentro, hay que paralizar a la ciudadanía, confinarla en sus domicilios, garantizar la logística sanitaria, y procurar que los médicos tengan todos los recursos.
- C) Fase de desescalada: esta sería la fase de extinción del virus, aquí es necesario hacer un desconfinamiento por fases, hay que tener claro que hay que tener pruebas diagnósticas y observar dónde están los positivos asintomáticos para retirarlos de la población y evitar riesgos de contagios. Quienes no pueden teletrabajar deben ser los primeros que tienen que salir y aquí es fundamental la prevención de riesgos laborales de las empresas. Pretender hacer chequeos masivos a todos los habitantes en una locura, un problema tan gigantesco hay que fraccionarlo, dividirlo en problemas más pequeños. Por eso, es fundamental el rol de las empresas: se debe hacer el chequeo de salud, y si un trabajador sale positivo se debe rastrear a la familia y mantener la vigilancia tanto de ellos como de sus familias. Esto, insiste, es vital: al fraccionar podemos controlar, y las empresas saben cómo hacer un control de riesgos, ellas tienen un rol fundamental en este tema.
El Dr. Ricardo Marín añade que otra medida importante en la fase de desescalada es evitar aglomeraciones en el transporte público: “Para esto hay que tener políticas inteligentes, como hacer una entrada escalonada al trabajo. Así, unos pueden entrar a los ocho, otros a las nueve, siempre con mascarillas y guardando distancias. Esto es aprender a convivir con el COVID-19. Las infecciones se pueden producir, pero si se tiene una vigilancia de la salud en las empresas, podemos salir adelante”.
¡Advertencia! El Dr. Marín considera que esa creencia de que es preferible salir a trabajar y quedar inmunizado lo antes posible, es muy peligrosa. Se habla ahora de buscar la “inmunidad de rebaño”, lo que implica que una población ya es toda ella inmune y podría recuperar la normalidad anterior. Sin embargo, los estudios muestran que para llegar a esa inmunidad tendría que estar contagiado el 70% de la población, que en España serían 32 millones de personas. El virus tiene una letalidad del 1%, lo que significa que habría 32000 fallecidos, ¡ese es el mismo número de personas que fallecen por todas las enfermedades en un año! Por eso, buscar esa inmunidad es un suicidio, y añade con preocupación que en Ecuador no debemos ir como “supermanes” para agarrar esa inmunidad.
Respeto hacia los otros en el ámbito laboral y social: educar a la población para que se cuide con mascarilla y distanciamiento social, aunque ya haya pasado la enfermedad, y, por tanto, haya generado los anticuerpos, es vital. El Dr. Marín opina que el rol del líder de una organización es motivar por la vía de la emoción: debe enseñar con el ejemplo y hacer entender a su equipo que, si no tiene los cuidados necesarios, se puede poner en riesgo grave a sus compañeros de trabajo y a sus seres queridos. Y no veamos como poca cosa a esta enfermedad: “¡Cuidado! ¡Esto no es una gripe! ¡En España hay personas que han logrado salir del hospital y ahora están a la espera de un trasplante de pulmón o de riñón! No se sabe cómo el COVID-19 nos puede afectar, y como no hay certezas, mi consejo es procurar contagiarse lo más tarde posible, así estaremos más próximos a los fármacos y más conoceremos el virus.”
Frente al COVID-19 las empresas deben revisar las políticas de cuidado a su personal. Rafael Díaz, en su entrevista con Beatriz Manrique afirma: “Las empresas saben cómo hacer un control de riesgos, ellas tienen un rol fundamental en este tema”. En el diario digital español El Confidencial (2020) se aborda otro aspecto que las empresas deben considerar: la posibilidad de que quienes envíen su CV incluyan el ser inmune al COVID-19 como parte de la información del solicitante. A partir de entrevistas a especialistas en el tema se plantea que pedir o enviar este certificado no es ilegal, pero es poco ético, y se hace énfasis en que las empresas tienen el deber de proteger a sus empleados de posibles riesgos en el área de trabajo, así como de garantizar su salud, lo que incluye también los cuidados necesarios que hay que tener frente al virus que ha producido esta pandemia mundial.