Los cuatro acuerdos
Escrito por:
Irene Miranda
Máster en Dirección de Empresas
En mi vuelo de Miami a Cleveland, previo a la operación de mi padre, por recomendación de mi hija decidí escuchar el libro “Los Cuatro Acuerdos” de Don Miguel Ruiz.
Como he comentado antes en algún otro artículo, tengo la personalidad de impulsadora y cuando me engancho en un tema lo promociono a todos lo que me regalan su tiempo para escucharme.
Hoy me voy a permitir comentar lo que más me gustó de este libro, dándole todo el crédito al autor y aplicándolo en el contexto laboral, siento que si los practicamos son una herramienta que nos ayudan a cambiar nuestra actitud ante la vida permitiendo vivir con más paz y alegría.
El primer acuerdo: Sé impecable con tu palabra
La forma como nos expresamos, nos define como seres humanos. Nuestra palabra es la fuerza que tenemos para manifestarnos como realmente somos. A través de ella podemos ayudar, manipular, destruir, infundir miedo, plantar una semilla fértil, motivar, en fin, la palabra es uno de los dones más preciados que tenemos.
La forma en la que nos hablamos a nosotros, como nos tratamos, como nos auto-juzgamos, será la forma en cómo nos traten los demás. Si me amo, mis equipos de trabajo me amarán también.
La forma en que te refieres a tus colaboradores o cómo hablas de ellos, los buenos o malos comentarios marcarán su vida y la dinámica de tu equipo. Trata de expresarte de manera asertiva.
Actúa siempre con la verdad, no permitas ni difundas en tu empresa rumores falsos que nada aportan. Estos son como un virus que enferman y a veces matan.
Segundo acuerdo: No te tomes nada personal
Las opiniones de los demás son sólo de ELLOS, no las asumas como verdades. Si en tu trabajo te dicen que no vales, que no sirves, pues no te lo tomes personal, hacerlo significa que estás de acuerdo. En realidad, esa la verdad de la persona que te lo dice, no es tu verdad, sin embargo, tampoco es necesario que vayas por la vida aclarando a nadie; no te desgastes.
No recojas la basura de los demás, son una proyección de su YO, a veces son producto de un mal día. Tú eres el director de tu vida. Si vas por la vida haciendo caso de todo lo que dice tu jefe o tu compañero de ti vas a sufrir mucho.
Tercer acuerdo: No hagas suposiciones
Tengamos la valentía de hacer más preguntas y menos interpretaciones. Acércate con confianza a la persona de Talento Humano, a tu jefe o a tu compañero de trabajo y confirma lo que quieren de ti.
Nos hemos programado para pensar que hacer preguntas es peligroso y no nos comunicamos adecuadamente. Creemos que todos ven la vida igual que nosotros, que tenemos las mismas prioridades.
Una vez que preguntamos, tenemos cierta certeza de lo que se espera de nosotros. El no suponer debe ser un hábito que se crea con la repetición.
Igualmente, no asumas que las personas deben saber qué hacer. Nadie puede leer tu mente, aprendamos a dar y a recibir Feedback.
Recuerda el primer acuerdo y trata de ser lo más claro posible con tu mensaje, si es posible déjalo por escrito y actúa acorde a lo dicho. No hay nada más confuso que la falta de congruencia entre lo que hacemos y lo que decimos.
Cuarto acuerdo: Haz siempre lo máximo que puedas
Cuantas veces nos sentimos quemados, que no servimos, que no damos más en el trabajo. Nos menospreciamos y nuestra autoestima sufre.
La vida es una película y el mundo laboral no es la excepción, no somos una fotografía de Instagram donde te muestras feliz y guapísimo. No siempre estás en tu mejor momento. No te juzgues, sólo trata de dar lo mejor de ti en el trabajo. Si no estás en tu mejor momento, pues da lo mejor que puedas.
Hay días y días, nuestro cuerpo sufre, estamos enfermos o hemos tenido problemas y dolores familiares, lo importante es que tomes acción de tu vida y tengas el hábito de dar siempre lo mejor que puedas.
Practiquemos estos cuatro acuerdos para tener una vida en paz y más productiva.